He vuelto a superarme en comida insípida: espinacas al ajillo y lenguado al microondas. Las espinacas eran como malas hierbas y el lenguado podría haber sido papel de hornear, pobre la P. que se lo ha comido todo sin chistar. Eso sí, al acabar de comer, se ha precipitado a la nevera a coger un yogur.
—¿Te traigo uno?
—Bueno.
—¿Uno sabor fresa te apetece? Por lo menos comer algo con sabor...
Y es que como cocinera de hospital yo sería buenísima.
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