Según la P. esta mañana me he despertado pedante:
—El otro día fulanita me envió un mail que era un hoax como una casa.
—¿Y tú qué hiciste?
—Lo desarticulé y le dije que vigilara las tonterías que manda.
—Mira que eres pedante. Ni que fueras el FBI. ¡Qué vas a desarticular tú!
—Pues muchas cosas.
—Ah sí, ¿como qué?
—Ñumf…
Después hemos salido a pasar. Me he puesto un vestido la mar de aparente, unas medias de rejilla y unos zapatos de plataforma que me compré para la boda de la Lisi y que no me había vuelto a poner. Después de pasear media hora, las plataformas están abiertas de par en par, los bordes se caen a tiras, dos agujeros como pozos de petróleo decoran las suelas. Me siento como Cenicienta cuando después de las 12 se queda sin carroza y sin caballos.
—¿Pero cómo te pones estos zapatos?, me dice P. horrorizado.
—Pero si son nuevos, que me los he puesto una vez.
—Ahora mismo vamos y los devolvemos.
—Imposible, me los compré en el 99. Lo que pasa es que en esa época yo no tenía un duro y me gasté lo justo.
—Pues vaya mierda de compra, en cualquier momento aterrizas en el suelo, ¿no ves que se te están desmontando?
De todos modos, algo he demostrado:
— ¿Ves como sí que desarticulo?
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