8 de agosto de 2013

El gato-pantera (epilogue)

No volví a ver al gato-pantera. Me cansé de estirar las cervicales y sacar medio cuerpo por la ventana, arriesgándome a caerme a costa de asomarme a todas horas. Al final incluso pensé que lo había soñado, o que igual la P tenía razón y era un zorro negro lo que vi. Un día, me dio por cambiar el sofá de sitio para darle espacio al comedor, y lo coloqué delante de la ventana, así que se me hizo más difícil asomarme y dejé de obsesionarme.

En nuestro barrio, la basura solo se puede sacar a la calle el martes y el viernes. Hay dos tipos de basura: la supuestamente reciclable (digo supuestamente porque según la P todo va a parar al mismo sitio), que son los bricks, las latas, los envases de plástico, las botellas, los periódicos, y los papeles, que van en una bolsa naranja que regala el Council. Y el resto, que debe ir en una bolsa de basura de color negro.

Cuando nos instalamos en el flat, intepretar la reglas del Council nos costó una discusión de las gordas:
¿Qué no lo ves, pedazo de obtusa? Lo dice claramente: NOT THE NIGHT BEFORE.
¿Y tú, animal de bellota, que no entiendes lo que dice ahí? IF YOUR PROPERTY HAS A REFUGE STORAGE AREA THEN YOU SHOULD USE IT
¿Y qué coño es la refuse storage area?
¡Y yo qué sé! Será el espacio que hay entre las rejas y el edificio, digo yo. Y Kerb debe ser la reja....
Ya, la reja... ¿Y si no es, qué? ¿Pagas tú la multa?
¡¡¡¡Que sí que es!!!!
Me da igual, si dice que no se puede tirar, no se puede. ¡¡¡punto pelota!!!
¡¡Que no dice eso!! Dice otherwise, y hay un punto y coma, por lo tanto los paréntesis no-a-pli-can.
¡¡¡Vete por ahí, tú y tus paréntesis!!!!

Finalmente, viendo lo que hacían los vecinos, llegamos a la conclusión de que sí que podíamos bajar las bolsas la noche anterior. Con el frío que hacía, quién era el guapo que se levantaba antes de las 7.

Pero un día, cuando empezó el buen tiempo, empezamos a encontrar restos de basura, después de que pasara el camión. Y los residuos eran claramente nuestros: latas de comida de Federico, restos de arena de Federico, plásticos, pieles de plátano, mondas de mandarina, un asco vaya, la vergüenza de la escalera.

¿Lo ves? Esto es que no deberíamos bajar la basura por la noche.
Y dale. Pues si la baja todo el mundo. 
¿Pero que no lo ves? Debe haber animales merodeando por la noche.
¡Eso mismo! ¡Mi gato-pantera, por ejemplo!

Pero no el gato-pantera.  Hace unos días, hacia las 12 de la noche, oímos unos maullidos como de .... gato grande... o de .... pantera o de ...:

¡¡¡Corre, corre, ven, veeeeen!!!
¿Qué pasa?
Mira por la ventana.


Tres zorritos, hermosos, rojizos, con sus largas colas, parados en la esquina a tres metros de nuestra puerta, iluminados por las farolas de la calle. Nos quedamos un buen rato mirándolos. Así que ahí los teníamos, los causantes de los destrozos, esperando a que bajáramos la basura por la noche para comerse los restos de la comida de Federico. Solo que ya no la bajamos por la noche.

Y es que al final ha ganado la P. Y la P si quiere que se levante al alba y baile una conga, pero yo desde luego no.

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