27 de diciembre de 2010

Cocinera amateur: Ten Points

Ayer Sant Esteve, tocaba la comida anual en mi casa con la familia Lío. Después de muchas dudas existenciales, consultas repetidas a mis abandonados libros de cocina, incursiones en recetarios navideños de Internet, me decidí por el menú siguiente, mezcla de menú tradicional, y menú voy-a-hacer-lo-que-me-dé-la-gana:
  1. Aperitivo: jamón, cortesía lote de Navidad de la empresa.
  2. Primer plato: sopa de galets, a petición expresa de la P., con ¨pilota¨, cortesía  de la casa.
  3. Segundo plato: solomillo con piña en salsa de moscatel (cortesía de la revista navideña del Caprabo)
  4. Quesos: Pont l’Evêque y Président (este último se me olvidó sacarlo del congelador)
  5. Postre: Pastel de chocolate de la Cocinera con mermelada de fresa
  6. Merienda: Pastel de limón de la Cocinera
Empecé el día anterior haciendo los dos pasteles y la sopa a la vez. Hacer los pasteles era fácil hasta para mi: abrir las bolsas y escurrir bien la pasta en un molde enharinado que tuve que ir a comprar corriendo el día 24 a las 9 de la noche.
Para la sopa, me lo curré bastante más. Cogí dos ollas (las más grandes que tengo) y repartí a partes iguales las hierbas del caldo y el pollo, una pierna por un lado y un ala por el otro. Luego vacié una garrafa de cinco litros en las dos ollas y dejé que hirviera dos horas y media. Cuando ya estaba la cocina llena de vapor, colé mis dos ollas y dejé el caldo en reposo. Recuperé parte de la carne y las hierbas y volví a hacer un caldo (¿un caldo de restos de caldo es un caldo?). Y me fui a dormir, que ya era tarde.

A la mañana siguiente, con la ayuda de la P. mi pinche de cocina a la vez que novio mío en sus ratos libres, tocaba arreglar la casa, pasar el aspirador, encerrar a Federico para que no se comiera nada, poner la mesa, enchufar las estufas, y sobre todo, acabar de cocinar. Los invitados llegaban a las 14h30.

Empecé poniendo la “pilota” a hervir en el caldo sobrante. Como al final no había quedado suficiente, le añadí un litro de caldo tetra brick. Hacia la 13h00, todo estaba listo menos los acabados culinarios. Empezamos con la decoración del pastel de chocolate: lo abrí por la mitad y le añadí la mermelada de fresa. Luego mi pinche le puso por encima azúcar glass y le incrustamos los añicos de una bola de chocolate de Ben10 que alguien me había regalado. A las dos menos cuarto, puse el caldo a hervir y a los 15 minutos heché la pasta. Mientras tanto, en una sartén la P. selló los solomillos y una vez sellados les pusimos sal y pimienta y los dejamos a la espera en el horno. En la sartén, pusimos las rodajas de piña y dejamos que se hicieran un rato. En la revista decía que entre la carne y la piña soltarían mucho jugo, pero en nuestro caso no soltaron nada de nada, así que cojí el moscatel (otra cortesía del lote de Navidad, aunque del año 2001) y le eché un buen chorro. Ya se sabe: a grandes problemas, grandes remedios. Luego me acordé de que los mosquitos son menores y que no deberían beber alcohol pero ya era un poco tarde. Al rato retiramos la piña, y dejamos que el moscatel se fuera reduciendo (mi primera reducción chispas). Finalmente, abrimos dos botellas de vino tinto, cortamos el pan, preparamos un plato con virutas de jamón, y en ese momento sonó el timbre, y puse el horno a calentar.
Los invitados llegaron todos a la vez, como siempre, con mantas, abrigos, los patines de un mosquito, el patinete del otro, el ordenador para ver la peli, los altavoces para oirla.... No entiendo cómo no se trajeron a los hámsters.
Mientras terminábamos el aperitivo, puse la carne en el horno, y nos sentamos a comer. La sopa estaba, malo está decirlo, buenísima, tanto, que más de uno me ha pedido que no haga otra cosa que sopa el día de San Esteve (es decir no más experimentos). Lo mejor para todos fue cuando me acordé de la ¨pilota¨, y corrí a la cocina a buscarla. Hubo patadas, tortas y zancadillas. ¡Qué éxito! Si la señora de la carnicería lo supiera, les sube el precio.
A los 20 minutos, saqué la carne del horno. Estaba en su punto, jugosa, deliciosa. Nadie se lo podía creer, ni yo misma. La carne iba acompañada de la piña al moscatel, chutney de mango y compota de manzana, que no pega nada pero era mi aportación, que si no, me estaba quedando todo demasiado perfecto y una tiene que mantener su fama de desastre culinario.
Para acabar, saqué el pastel decorado con el huevo de chocolate deconstruido. Preparé la cafetera y saqué los licores de rigor, que nunca pueden faltar después de una comida en mi casa, para matar lo que haga falta, aunque ayer, increíblemente, todo el mundo estuvo de acuerdo en que no hacía falta. Hasta hubo pastel para la merienda después de la película.

Lástima que entre tanto ajetreo y tanta perfección, no se me ocurriera sacar fotos. Cosas del directo.

21 de diciembre de 2010

Cambio de nombre

Me he iluminado y le he cambiado el nombre a mi blog. Al final, ¿de qué hablo? De mi famiila y de mi gato y poca cosa más. Pues está claro ¿no? En paralelo, he caído en qué libro voy a regalarle al mosquito grande. El mismo que me ha inspirado, con permiso y en honor a Gerald Durrell.

13 de diciembre de 2010

Esquí, de fondo

De nuevo, he dejado pasar muchos días sin escribir. Y eso que ya voy por el segundo pastel.

Segundo viaje a Francia de Federico, a otra casa rural. Nos llevamos la cámara para hacer fotos del evento, pero con el frío que hacía, no salió de la maleta. La cámara, no Federico. Federico se pasó cuatro días a un radiador pegado. Total, que no tengo ni una sola foto, a la gran desesperación de la P. que dice que sin fotos no hay recuerdos. Yo discrepo. Sé que pasamos un frío de mil pares de narices, que esquiamos dos días y que nos hicimos un hartón de comer queso.

21 de noviembre de 2010

Dos meses

Dos meses han pasado desde que colgué el último post.
Aprovecho que ayer hice un pastel bastante presentable, para activarme de nuevo.


Digo presentable en comparación con el anterior, que no se aguantaba de pie ni con pegamento Imedio.


Y es que este invierno se presenta largo y frío, pero ahora que tengo ventanas nuevas, espero estar mucho mejor que los 15 años anteriores. Así que voy a aprovechar para cocinar un poco. ¡He dicho un poco!

30 de septiembre de 2010

Gato de lux

El fin de semana pasado nos llevamos a Federico a su primer hotel. De hecho era una casa rural en Girona (Mas Duc). No es amor de madre, pero tengo que decir que Federico se ha comportado muy correctamente. No se ha colgado de las cortinas, ni ha destrozado los muebles, ni se ha comido la alfombra, ni siquiera ha dejado pelos en la colcha como hace en casa. En definitiva, un lujo de invitado. Tanto es así que he decidido repetir la experiencia en breve.

15 de septiembre de 2010

Impulso

Si un desconocido te regala flores, ya se sabe, eso es impulso, pero si al llegar a casa, te encuentras con un enoooorme ramo de flores en el rellano, con un sobre con tu dirección y una tarjetita que reza:
FELIZ CUMPLEAÑOS, VIRGINIA
¿eso qué es?
Un error del mensajero...
o del florista que cogió el encargo...
o  de la persona que manda las flores...
o de Virginia que dio mal su dirección...
Vale, muy bien.
Pero las flores, ¿me las quedo o qué?

Vacaciones fase III

Sí, es verdad. He pasado de la fase I a la fase III.
Pero aquí estamos ahora, tomando un café.

19 de agosto de 2010

Vacaciones fase I

Bueno, pues sí, al final se escapó. Me llevo al gato para no dejarlo sólo en casa, y va y se me pierde. Cuatro días perdido, de los siete que estuvimos fuera. Cuatro días gritando día y noche por los campos, a ver si volvía. Vaya panzá de llorar. Si hasta subió el caudal del río y cambió la climatología por exceso de humedad salina. Eso sí, qué bonito sitio para llorar.


Al final, un día antes de volver, el muy capullín reapareció tan feliz a las 5 de la mañana. Dijo miau y entró. Había perdido el arnés y estaba muerto de hambre, pero yo lo vi más gordito, seguramente porque me lo había imaginado todos esos días hecho una piltrafa, sin un ojo, con la costilla fuera, mugriento, lleno de telarañas y flaco.

Federico, dos minutos antes de escaparse. Nótese el arnés de seguridad, medallita con teléfono, chip incrustado en cogotera, jardín con seto...

Federico, reaparecido, seguro en su jaula. De aquí ya no se escapa.


Y es que cuando una se empeña en tener dotes de futurista, al final lo consigue.

6 de agosto de 2010

Preparados, listos, ya

Bueno, ahora sí que sí. Todo listo, o eso creo, o más bien eso espero. La lista de cosas de Federico que me llevo es más grande que la mía.
Tengo un mal presentimiento y por eso las medidas de seguridad son máximas.

29 de julio de 2010

Preparando preparativos

Ya dije yo que iba a ir a más, y sí. Todo se complica. Tanto que he perdido las ganas de escribir en este blog.
Afortunadamente, el día 7 nos vamos de vacaciones. Así que aprovechando que hay poco trabajo, estoy preparando los preparativos. Que no es poca tarea. No hablo de las múltiples reservas de coches, hoteles, casas rurales, etc, que eso lo tengo listo desde hace semanas, sino de lo que significa planear las vacaciones primero con un gato, y luego sin él.
La semana que viene nos llevamos a Federico en sus primeras en el extranjero. Serán 6 horas de coche. Acabo de comprar por Internet un cinturón de seguridad y una reja. Creo que está prohibido tener al animal suelto pero quiero pecar de previsora. El transportín está muy bien pero 6 horas son muchas. Y bueno, eso de que está muy bien, no sé yo. El otro día le hice un arreglo a la portezuela tipo McGyver. Porque en una de esas se me escapa y no lo vuelvo a ver.

2 de julio de 2010

Top manta



Por fin tengo aire en el despacho. Yo con un calor de la muerte y el resto de la gente con rebequitas. Salía al pasillo y era como meterse en la cámara de la Frigo pero sin Frigodedo. Ayer por fin me di cuenta: el agujero de la ventilación estaba tapado. Con medio rollo de papel de plata. Sí, en mi oficina el departamento de ajustes y arreglos (el chispas, de toda la vida, vamos) es high tech total. Cuando por fin lo han destapado, han salido volando todos los papeles que tenía encima de la mesa. Por eso estaba tapado, claro. Ahora he puesto sujetapapeles por todas partes: una manzana, la calculadora, el móvil, un libro, la grapadora, el estuche de las gafas. Soy como un top manta de restos de serie.

23 de junio de 2010

Preocupante preocupación

La preocupación excesiva lleva a observaciones cuanto menos curiosas. La P. está sujetando fuerte a Federico para que no salte al jardín y se dé un atracón de hierba, que le sienta como un tiro. Lleva un buen rato quietecito, más bueno él, y me acerco a hacerle un mimo.
―Ostras, ¡a Federico se le sale el omóplato!
―¿Pero estás tonta? !Eso es mi dedo!

19 de junio de 2010

Lo que son las hormonas

Con esta historia de las hormonas que me he tenido que inyectar, estoy últimamente que no doy pie con bola. Esto es todo lo que he logrado hacer mal en los últimos días:
  1. Perder el DNI, junto con 20 euros y la llave de la caja fuerte de un hotel
  2. Dejarme la chaqueta en una sala de conferencias del mismo hotel
  3. Dejarme los zapatos y las gafas en el armario (del hotel)
  4. Ir a recepción a hacer el auto check-in y salir corriendo porque me estaba dando un ataque de calor, ante el pasmo de la recepcionista que a esas alturas ya me tenía un poco vista
  5. Olvidarme de una persona a quien me acababan de presentar, y decirle que no la he visto en mi vida ante su cara de estupefacción
  6. Imprimir unas hojas, ir a buscarlas a la impresora del despacho vecino, y llegar a mi mesa con las manos vacías
  7. Llegar a clase de pilates una hora y cuarto tarde pensando que sólo era un cuarto de hora tarde
  8. Quedarme en blanco en una reunión de trabajo y no tener ni idea de qué me están hablando
  9. Confundirme de día, de hora y hasta de mes
  10. Entrar en una farmacia y ponerme a llorar ante tres farmacéuticos desolados
Continuará. 

21 de mayo de 2010

Trespatitas is coming home

Hoy es la prueba de fuego: tengo una gatita de 3 patas y 8 semanas invitada a pasar en mi casa el largo fin de semana. He leído todo tipo de instrucciones para conseguir juntar dos gatos sin que se declare la tercera guerra mundial. Lo malo de leer múltiples intrucciones es que se contradicen entre sí y ahora todavía estoy más confusa. ¿Los junto desde el principio o los separo cada uno en una habitación como si estuvieran castigados? ¿Tienen que compartir la arena para reconocerse los olores o todo lo contrario? ¿Tengo que mimar más al mío o más al invitado, como haríamos con un invitado humano? ¿Tengo que estar delante o dejarles solos en la intimidad?
¿Será el principio de una gran amistad?

6 de mayo de 2010

Trío lalala


Esta noche he soñado que mis dos amigas Bea y Mónica y yo hacíamos los coros en un concierto de los Rolling Stones. La primera canción ni nos la sabíamos, y no conseguíamos entonar absolutamente nada. Mónica compensaba su falta de talento cantando cualquier cosa y Bea, que tenía la partitura delante,  intentaba pronunciar todas las palabras en inglés como si le fuera la vida en ello, pero más bien parecía que se hubiera tragado un tenedor. Yo en medio de las dos me moría literalmente de vergüenza.  Mick Jagger pasaba de nuestra cara, Keith Richards ni nos veía, a Ron Wood no lo veíamos nosotras, y el único que se portaba bien era Charlie Watts, que tiene cara de buenazo, llevaba un gorrito como de abuelo y nos daba instrucciones. Pero ni así. Qué mal lo he pasado.

4 de mayo de 2010

Coocinando

He vuelto a superarme en comida insípida: espinacas al ajillo y lenguado al microondas. Las espinacas eran como malas hierbas y el lenguado podría haber sido papel de hornear, pobre la P. que se lo ha comido todo sin chistar. Eso sí, al acabar de comer, se ha precipitado a la nevera a coger un yogur.
¿Te traigo uno?
Bueno.
¿Uno sabor fresa te apetece? Por lo menos comer algo con sabor...
Y es que como cocinera de hospital yo sería buenísima.

Percepción

¿Soy yo que menguo como mis ex o este año lluvioso la gente lleva unos paraguas inmensos?

2 de mayo de 2010

Más de lo mismo

A veces cuando voy en Bicing, tengo la impresión de que en cualquier momento se me va a descuajeringar la bici y que me voy a quedar pedaleando en el aire como un dibujo animado.

1 de mayo de 2010

Desarticuladora

Según la P. esta mañana me he despertado pedante:
—El otro día fulanita me envió un mail que era un hoax como una casa.
—¿Y tú qué hiciste?
—Lo desarticulé y le dije que vigilara las tonterías que manda.
—Mira que eres pedante. Ni que fueras el FBI. ¡Qué vas a desarticular tú!
—Pues muchas cosas.
—Ah sí, ¿como qué?
—Ñumf…
Después hemos salido a pasar. Me he puesto un vestido la mar de aparente, unas medias de rejilla y unos zapatos de plataforma que me compré para la boda de la Lisi y que no me había vuelto a poner. Después de pasear media hora, las plataformas están abiertas de par en par, los bordes se caen a tiras, dos agujeros como pozos de petróleo decoran las suelas. Me siento como Cenicienta cuando después de las 12 se queda sin carroza y sin caballos.
—¿Pero cómo te pones estos zapatos?, me dice P. horrorizado.
—Pero si son nuevos, que me los he puesto una vez.
—Ahora mismo vamos y los devolvemos.
—Imposible, me los compré en el 99. Lo que pasa es que en esa época yo no tenía un duro y me gasté lo justo.
—Pues vaya mierda de compra, en cualquier momento aterrizas en el suelo, ¿no ves que se te están desmontando?


De todos modos, algo he demostrado:
— ¿Ves como sí que desarticulo?

30 de abril de 2010

Irrefutable razón

En mitad de la noche, le comento a la P, que también está despierto:
―No puedo dormir, tengo el síndrome del talón que pica.
―Ja, ja, ja.. Pues entre esto y el síndrome de la memoria de vértigo, estás para que te aten.
―Que no, que me pica.
Bueno vale, la memoria de vértigo, que se parece mucho al vértigo pero no es, los médicos ya me han dicho que no existe. Pero el síndrome del talón que pica sí que existe. Lo acabo de ver en Google, en inglés, que ellos siempren van a años luz de los demás mortales.
En fin, que esta mañana no me podía levantar.
―Es tarde, levántate.
―No quiero, tengo sueño.
―Sí, pero tienes que ir a trabajar.
―Ya, pero es que hoy tengo más sueño que trabajo.

27 de abril de 2010

Cría cuervos

Era de prever. Ayer al terminar el libro, me hice un hartón de llorar imaginándome el mismo final para mi pobre gato enfermo. La consecuencia absurda fue que Federico aprovechó la coyuntura para largarme un megamordisco en el antebrazo, con lo cual acabé tirándole el libro por la cabeza al animalito por el cual había estado llorando desconsoladamente cinco minutos antes.

23 de abril de 2010

Mi auto Sant Jordi


Es que he visto la cubierta y no lo he podido evitar...

Despertador infalible

Llevo varios días llegando tan temprano a trabajar que ya hay quien me ha pedido explicaciones. La razón es muy sencilla: tener un gato que en primavera, más que gato parece moscardón. Hacia las siete de la mañana, después de haberse pasado toda la noche entrando y saliendo de la habitación, saltando sobre la cama en un intento de bedjump gatuno, caminando por encima de mis piernas como un equilibrista, saltando sobre mi cabeza una y otra vez, abriendo los cajones para jugar con los calcetines, correteando por el pasillo tipo correcaminos, haciéndose la manicura sobre el corcho de la pared, etc, a esa hora vuelve, muerto de hambre después de tanto ejercicio nocturno, salta sobre mi con la patita derecha extendida y me suelta un guantazo que supera la efectividad de cualquier despertador.

Feliç Sant Jordi.

9 de abril de 2010

Wok for ever

Como malísima cocinera que soy (léase el anterior post de las crêpes ) y creadora de combinaciones imposibles, me sorprendo a veces a mi misma preparando platos que no están del todo mal, aunque debo decir que el nivel de sorpresitud de los platos asquerosos es mucho mayor. Pienso ahora en unos espaguetis con yogur que sabían a rayos, porque a falta de mantequilla, crema de leche y queso, creí que un yogur lo arreglaría todo (aclaro por si las dudas que era un yogur natural). Pienso también en una lasaña de espinacas que olvidé escurrir después de cocerlas, y que al salir del horno parecía sopa de lasaña (aunque de sabor no estaba tan mal).
Pienso sobre todo en un lenguado con salchichas de Frankfurt que creí que sería una buena combinación y que años después mi familia todavía recuerda con no poca sorna. De todos modos, esta noche he tenido suerte y la combinación resultante, si bien no ganaría un concurso culinario, ha sido bastante potable: wok de espinacas con "gírgolas". Y es que desde que tengo el wok, regalo de navidad de mi santa madre, soy otra persona. Eso sí, la próxima vez lo haré con espinacas de verdad.

7 de abril de 2010

Días de asueto

Mis vacaciones se pueden resumir en cuatro pinceladas.
Federico en la terracita de la casa de la playa tomando el aperitivo.

Vistas del Ebro de camino al castillo de Miravet, antes del tortazo de la señora. 

Techumbre y columnas de la Cooperativa de Pinell de Brai durante la visita guíada que nos tuvimos que chupar. Aquí no tiramos a nadie por la borda.
Hermoso ejemplar de pavo real haciendo cola para ir al wc del Parque Samà. 

4 de abril de 2010

¿Culpable o inocente?

Si una va caminando tranquilamente por un pueblo y se topa con un grupo de señoras bastante seniors ellas, con sus taconcillos, sus bolsos y sus peinados de rulos; si preguntan por la subida al castillo y una servidora, en su malvada inocencia, les indica la subida sabiendo el nivel de dificultad y que por ahí no suben ya ni las cabras de Ifigenia; si una además conoce la existencia de una estupendísima carretera por donde podría llevarlas el autobús que las ha traído al pueblo; y si una al cabo de un rato sube por el camino de cabras y se encuentra a una de las seniors tirada en el suelo más larga que ancha, ¿debe una por eso sentirse culpable de omisión o de homicidio imprudente en grado de tentativa?
Estoy que no duermo.

31 de marzo de 2010

Sectas peligrosas

Pues si todo va bien, nos vamos de vacaciones y nos llevamos a Federico. Hemos alquilado un coche y yo, que aborrezco moverme por el mundo con más de un bulto encima, ya tengo media casa empaquetada. Y es que irse de vacaciones con un gato tiene su qué, y si encima está enfermo, mucho más. Primero el gato en sí, que se las trae: me agoto sólo de pensar que voy a tener que perseguirlo por toda la casa para que entre en su jaula. Luego están sus accesorios: la caja para la arena, la arena para la caja, la comida especial, las pastillas, las otras pastillas, las otras pastillas por si ni las primeras ni las segundas funcionan, la correa para que no se escape, el Feliway para que esté a gusto allá donde vayamos.... Porque esa es otra, como no sabemos a dónde vamos exactamente, hay que tenerlo todo previsto: sábanas, toallas y mantas por si no las hubiera, la estufa por si hace frío, la comida, el portátil... Y si al final nos juntamos con mi familia, hay que llevar las monas para las niñas, las botas para ir de excursión, la comida especial para celebrar mi cumpleaños y, además -y ahí es a donde quería yo llegar- una remesa de capsulitas de Nespresso. Porque si no llevamos, no nos dejan entrar a ninguno de los tres.Y es que igual que hubo en su momento una secta Termomix, mi santa familia ha pasado a formar parte de la otra peligrosísima secta Nespresso . Así que esta mañana, ante la amenaza de quedarme de patitas en la calle con mis bártulos a cuestas, he buscado en Internet dónde narices se compran las cápsulas que es prácticamente en ningún sitio.


Y ahí es donde he leído lo de la secta Nespresso. También he aprendido que se puede "hackear" la cafetera de marras a base de rellenar las cápsulas con café normalis y taparlas con un simple trocito de papel de aluminio. Como francamente ya es muy tarde y no me veo recorriendo media ciudad por un quítame ahí ese café, creo que voy a optar por esta última solución, que seguramente hará que caigan sobre mi cabeza todo tipo de insultos, pero oyes, como mínimo aporto soluciones económicas. Y si me echan, no pasa nada. Al fin y al cabo esta vez llevo la casa a cuestas.

29 de marzo de 2010

Quejica que es una


Lo malo de empeñarse en no querer celebrar tu propio cumpleaños, es que finalmente logres que no se acuerde ni dios. En mi caso, ni mi santa madre se ha acordado. Bueno, digamos que acordarse sí, pero equivocándose de día. También se ha equivocado mi amiga M quien hoy, cuando se lo he dicho, me ha contestado así:  “Jamás acertaré… o eso, o me engañas cada año cambiando de fecha.”

No es que cada año cambie de fecha, la fecha es la misma siempre, pero por lo visto, hay algo que debo de hacer muy bien, que es provocar en los demás una amnesia colectiva al respecto. Para empezar la P. no cuenta, puesto que he sido yo esta madrugada quien se lo ha recordado aunque él dice que sí que lo sabía (a saber..) Esta mañana, al abrir el Outlook, he visto dos mails . El primero de la Mermelada, con el asunto “Feliz Cumpleaños”. Al abrirlo he visto que arrastraba el mail de felicitación de Clara de la semana pasada, así que nada, eso no es para mi. El otro asunto rezaba “Le deseamos ...", Feliz Cumpleaños, he pensado, pero mirándolo de cerca, lo que me deseaban era un buen viaje (el recordatorio de una reserva de alquiler de coche), por lo tanto, tampoco nada.
Así las cosas, he enviado un mail a mis dos compañeras de trabajo a ver si querían desayunar conmigo, pero las dos me han dicho que no tenían tiempo, con lo cual yo, que no había desayunado todavía, he tenido (horror de los horrores) que alegar que era mi cumpleaños para que vinieran.

Me da qué pensar la gente que en su Facebook pone cosas como “Gracias a todos por acordaros, soy tan dichosa que me caigo de felicidad”, y cuenta por decenas y casi por centenas, la gente que le ha dejado felicitaciones. Yo puedo contar por decenas y casi por centenas la gente que no se ha acordado, y debería subir en un pedestal de la amistad a las tres únicas personas que, de momento, sí se han acordado. Por no acordarme, no me acordaba ni yo, que esta noche he quedado para tomar algo como si fuera un día cualquiera. Que, ojo, apunto, ES un día cualquiera, puesto que como me he empeñado, yo, por supuesto, no lo celebro.

28 de marzo de 2010

Constelaciones familiares

Siempre me hizo mucha gracia la historia circular familiar sobre la aventura de un hermoso racimo de uvas. El padre de familia lo recogía en su viñedo, pero no se lo comía. Lo llevaba a su casa para ofrecérsela a la madre de familia. Esta, muy emocionada, se lo daba a escondidas a su hijo, quien, sin decirle nada a nadie, se lo llevaba a su hermana. Pero ésta tampoco lo tocaba. Esperaba el regreso del padre, que encontrándose el racimo en su plato, estrechaba a su familia en brazos alzando los ojos al cielo.

Yo también tengo una familia que circula racimos de uvas. Esta mañana, mientras me encontraba en la sala de espera del médico por una pequeña dolencia, me llama mi madre. —Por dios, cuando salgas, me llamas y me informas, que eso no me gusta nada — me suelta. Llego al trabajo y la tranquilizo.  —Bueno, pues llama a tu hermana que está muy preocupada. ¿Cómo preocupada? Pero ella cómo sabe que he ido al médico? —La he llamado yo para decírselo—. Bueno, pues nada, llamo a mi hermana, y vuelvo a explicar que no es nada grave. Uff, menos mal. Pues llama a papá que está que se sube por las paredes. ¿Ahora tengo que llamar a papá? !Pero si acabo de hablar con mamá! Pues yo acabo de hablar con él y está muy nervioso, así que llama immediatamente, porque no quiere irse de vacaciones si no le tranquilizas — Cuelgo. No me lo puedo creer. ¡La que han liado durante los veinte minutos que he estado en el médico! En ese momento, entra una llamada de mi padre, y me pregunta cómo estoy, como si me quedaran horas de vida. Papá, que no es nada. ¿Pero no te ha dicho nada mamá? No, no, no he hablado con ella, ella se ha quedado en casa esperando noticias y yo he tenido que salir. ¿Estás bien? Que sí, que no es nada. Bueno, menos mal, pues llama enseguida a tu hermana y a tu madre, y les dices que ya me has llamado. Y que vuelvan a hacer las maletas, que ahora ya nos podemos ir de vacaciones.




C'était une homélie de Lamenais, qui racontait l'aventure d'une grappe de raisins. Le Père de Famille la cueillait dans sa vigne, mais il ne la mangeait pas : il la rapportait à la Maison, pour l'offrir à la Mère de Famille. Celle-ci, très émue, la donnait en cachette à son Fils, qui, sans rien en dire à personne, la portait à sa Soeur. Mais celle-ci n'y touchait pas non plus. Elle attendait le retour du Père, qui en retrouvant la Grappe dans son assiette, serrait toute la Famille dans ses bras, en levant les yeux au ciel. Marcel Pagnol, La Gloire de mon Père

12 de marzo de 2010

Cara de pato

Debo de ser la única persona de Barcelona que no ha colgado fotos de la nevada del lunes en su Facebook. Y eso que lo primero que hice al llegar a casa fue salir a la terraza a hacer fotos. Que se lo pregunten a Federico, que casi  coge una pulmonía. Eso sí, cuando le dije "sal conmigo, que te hago una foto", me contestó "a la terraza va a salir tu padre". En su idioma. Inteligible. Es decir, cara de palo. O de pato que es lo mismo en estas circunstancias.

 Super mega cara de pato,  y eso que las rosas eran hermosas



3 de marzo de 2010

Hace un año ya


A mi como que se me regurgitan las cosas cuando ha pasado un año y esta mañana me he despertado con un calcetín en la garganta. He hecho recuento de ese día, la llegada al hospital, la espera, a las dos todo bien, a las cuatro todo mal, y por la noche casi lo peor. Y las otras horas de espera, y entrar y salir del hospital, y levantarme cada mañana con la angustia agarrada del cuello, y dormir con el móvil pegado a la cama como un tercer oído. 

24 de febrero de 2010

Mis increíbles hombres menguantes

Me he encontrado a Sosoman esta mañana en plena calle. O yo he crecido y es verdad que hacer Pilates te estira, o todos mis ex van menguando con el tiempo. En Navidad fui a cenar con Mf y tuve que mirarle a los pies a ver si por casualidad iba descalzo, porque de repente me llegaba a los hombros. Y digo yo, bueno, vale que yo puedo haber mejorado un poco la postura, pero ellos ¿qué han hecho para reducir cinco centímetros? ¿Eliminarse una costilla? ¿Acortarse el fémur? ¿Limarse una rótula? No lo entiendo... O será que yo en sus épocas no me fijaba en esos detalles, pero no puede ser, con lo que yo soy. Que en fin, novios canijos he tenido, y regresivos también me han tocado, incluso alguno progresivo, pero novios con capacidad de encogerse no sabía yo que hubiese tenido. Aunque pensándolo bien, con la de veces que le habré rogado al cielo que borrara algún pesado del mapa, mira por dónde, igual me ha oído.

17 de febrero de 2010

Angustia

Preocupada como estoy por Federico, que no hace más que entrar y salir del hospital, me ha encantado saber que existe en Estados Unidos una línea aérea solo para gatos y perros (Pet Airways) donde viajan en cabina y son tratados como "pawssengers". Siempre quise llevarme a Federico de vacaciones, ponerlo en su jaula, subirme a un avión con él y pasarme el viaje acariciándole el morrito. Ya no creo que pueda. Hoy me voy unos días fuera y Federico está de nuevo en el hospital. Me voy con una angustia tremenda, esperando que E. lo pueda ir a recoger hoy, se lo lleve a casa y me lo cuide hasta que yo vuelva. Y que yo pueda verlo.

14 de febrero de 2010

Crêpes de nada

Hoy, 14 de febrero, me he decidido a hacer unos crêpes para la P. Llevaba tiempo prometiéndoselo, pero el sábado en el mercado me regalaron media docena de huevos y como nos vamos unos días fuera, pensé, qué buena manera de aprovechar esos huevos.
Así que me meto en la cocina, cojo tres huevos, harina, leche, un poco de sal, aceite —porque mantequilla no tengo—, y preparo en un plis medio litro de pasta.
En ese momento, me doy cuenta de que no tengo nada que ponerle a mis crêpes más que dos tristes lonchas de queso, y un culo de mermelada de fresa.
Le digo a la P:
—¿Por qué no bajas al paki y traes un poco de jamón? (y ya de paso, compras queso, mermelada, mantequilla, chocolate, leche condensada….)
— ¡Los cojones, con la rasca que hace!
En vista del éxito, me pongo a buscar en Google una solución. Quizás se pueda congelar la pasta. Pero lo que encuentro son consejos para congelar los crêpes una vez hechos. Los cojones, digo esta vez yo. Me voy a tirar dos horas haciendo crêpes para luego congelarlos. Sigo buscando en Google, en algún recetario original igual encuentro algo tipo: crêpes de nada o crêpes de aire. La P. me arrebata el portátil y me dice no te preocupes, y luego escribe en la barra de búsqueda: ″crêpes de amor‟.





Feliz y dulce día de San Valentín.

13 de febrero de 2010

El pato de Niuspi

Frío día de diciembre del 2006. Niuspi y yo vamos paseando hacia el Retiro.
—Oye, ¿en el Retiro hay patos?
—Pues no lo sé, supongo que sí, en el laguito.
Llegamos al parque. Hace un frío que pela. Nos acercamos al lago.
—Mira, ¡allí hay un pato!
—Es verdad.
—¡Y tiene mucho frío!
—Sííí, ¡tiene la cabeza morada del frío!
—Lleva una bufanda!!
—¿Cómo va a llevar una bufanda?
—Pues un gorrito.
—Ostras, Niuspi, que no es un pato.
—¿Cómo que no es un pato?
—Que no. Es una boya.
—Anda, es verdad.
Pues parecía un pato.

11 de febrero de 2010

A grandes fríos, grandes remedios

Por lo visto, esta noche no hace más de 4 grados. Para mi amiga S. que vive en Baltimore y que tiene la casa sepultada bajo la nieve, o para mi otra amiga S. que vive en Frankfurt y que ayer me contó que nunca ha visto un invierno tan frío, 4 grados debe de ser para morirse de risa. Pero eso es porque ellas tienen calefacción y yo no. Yo tengo una bomba de aire que hace más ruido que otra cosa, una estufa de aceite en la habitación que hace lo que puede, y otra estufa de dos resistencias de las cuales sólo funciona una.
Tengo las manos absolutamente congeladas, a pesar de la manta supuestamente térmica que me echo por encima. Federico intenta refugiarse debajo, pero no siempre nos ponemos de acuerdo y acaba saliendo de ahí muy ofendido para acercarse lo más posible a la estufa. Prefiere mil veces achicharrarse el pelo que seguir soportando el frío.






Federico con el pelo chamuscado


Eso o sentarse encima de mi zapatilla, que se está mucho más calentito, dónde va a parar.

10 de febrero de 2010

Cosas que me gustan


Le he jurado y perjurado muchas veces a la P. que si no voy mucho a su casa es por pura pereza o por pura practicidad, según se mire. El viernes por la noche, metí a Federico en su jaulita, y nos fuimos a pasar el fin de semana a su piso. El sábado mientras él trabajaba, estuve leyendo mucho rato, y cuando acabé el libro, me levanté del sofá y le solté: En tu casa no tengo muchas cosas que hacer. Ante la cara de pasmo, añadí un punto y coma imaginario a mi frase y seguí, pero no te preocupes, que ahora mismo me pongo a ordenar algo. Ordenar es algo que me apasiona, ordenar y luego tirar todo lo que sobra. Se salvó de la quema una caja llena de libros infantiles, entre los cuales me extrañó encontrar una antigua edición de El Halcón Maltés. No he leído la novela, y la película la habré visto hace demasiados años, por lo que me hice una nota mental para mi siguiente lectura.


El domingo sin embargo  se me cruzó por delante un título de Paul Auster que no había leído. No me pude resistir, dejé lo que estaba haciendo, y me puse a leer. Nada más empezar, al personaje protagonista de ‟Oracle Night‟, un amigo le relata un episodio de El Halcón Maltés, recomendándole que escriba algo basándose en esa historia.
Estoy a punto de terminar el libro. El protagonista se ha quedado parado con su historia basada en otra historia, y no sabe cómo continuar. Pienso en la de veces que se producen casualidades de este tipo, y en que después de leer y ordenar, lo que más me gusta es comprobar por mi misma las verdades de la Ley de la Atracción .