30 de diciembre de 2011

Receta para un San Esteve glorioso

Como cada año, me tocó cocinar para la familia el día de San Esteve, con el añadido de tener que superar o como mínimo igualar el éxito del año anterior.
Después de una semana dándole vueltas al menú y tras descartar la opción bocatas para todos, decidí repetir la sopa de galets, así que un par de días antes, me planto en la carnicería para comprar la pilota. En el escaparate, veo un redondo de pollo la mar de mono:

Yo: ¿Eso es fácil de hacer?
Carnicera: Mega fácil. No tienes que hacer casi nada.
Yo: ¿Pero así tal cual? ¿Lo pongo en el horno y me voy a ver la tele?
Carnicera: Bueno, mujeeeer... Primero lo fríes en la sartén, luego lo pones en una cazuela, con algunas verduras troceadas, le añades un chorro de vino o de lo que tengas, y lo dejas una hora, más o menos....
Yo: Huy sí, qué fácil, vamos, como un bocata de queso....  ¿Y las verduras? ¿A qué verduras se refiere?
Carnicera: Pues un poco de todo, zanahorias, tomates, ajo y cebolla, lo que tiene todo el mundo en casa.
Yo: Ya, bueno, es que yo normalmente, en casa no tengo nada…. Por no tener, no tengo ni cazuela….
Carnicera:  Bueno mujer, pues lo haces al horno. Cuando está frío, lo cortas. Y las verduras, las pasas por el minipimer y te queda un salsa buenísima. Y ahí mismo lo calientas. ¡Si es facílisimo! Si hasta un manco, ciego y sordo puede hacerlo.
Yo: Si es así....

El viernes por la mañana, me escapé del despacho y me fui a la pollería de la esquina:

Pollera: Nena, ¿qué te pongo?
Yo: Pues algo de pollo… para hacer caldo.
Pollera: ¿Te pongo una carcasa?
Yo: Hmmm, mejor dos, que somos muchos y no me fío yo de mi segundo plato. Pero, oiga, una cosita, me las prepara para que no se vea que son pollos...
Pollera: Tú no te preocupes, te lo cortaré todo tan bien que no los va a reconocer ni el gallo Claudio.
Yo: Los cuellos no los quiero ¿eh?
Pollera: Sin cuello.
Yo: Y nada de patitas ni bracitos, que me da mucha pena.
Pollera: Pero mujer, que la carcasa no lleva patas, ni que fuera Calimero...
Yo: Y tampoco quiero lo de dentro eh, los riñones, o los hígados, ni esa cosa verde que tienen los pollos....
Pollera: ¡Que sí, que ya lo he entendido! ¡Que tú lo que quieres es un caldo Maggi!

Así fue, más o menos. Pero al final salí con mis dos carcasas. En una bolsa  transparente de plástico, toda manchada de sangre. Menuda carnicería había hecho la pollera con los dos pollos, qué asco, y encima me la tuve que llevar al despacho.

El 25 por la noche, me puse a hacer el caldo, y antes de irme a dormir, apagué el fuego. A las 8 de la mañana, la P me despierta:

Oye, sacaste la carcasa del caldo, ¿no?
¿Yo? Pues no.
¡Te dije que lo hicieras! Si no lo sacas, no queda bien.
Y yo te dije que eso te tocaba a ti, que yo ya no quería ver más a los pollos. ¡Con lo que me costó ponerlos en la olla, que me tuve que poner gafas de sol, casi me da un síncope!

No tuvo más remedio que levantarse.

Después de desayunar, seguimos cocinando. Terminada la operación “filtro”, cocimos la pilota y los galets por separado, y dejamos la olla lista para calentar.
Luego me puse a hacer el puré. Pelé las patatas, las corté en trocitos la mar de monos, y los puse a cocer. Una vez en su punto, cogí mi machacapatatas, que es un aparatito que me encanta, ya que tanto sirve para des-sesar a un ladrón, clavar un clavo o hacer burbujas, añadí un poquito de mantequilla, un chorrito de leche, lo aplasté todo con mucho brío y lo dejé listo para calentar.

Mientras tanto, la P cogió el redondo de pollo como si fuera un balón de rugby, y lo selló en una sartén. Yo me dediqué a algo más de mi nivel: lavar y cortar la verdura, tal como me había recomendado la carnicera. Colocamos todo en una fuente, añadimos un chorrito de caldo y otro de jerez (tras descartar la absenta, el tequila y el Marie Brizard) y lo pusimos al horno. Al cabo de un rato la P se me ilumina:

Oye, has puesto sal y pimienta ¿no?
Yo no, ¿y tú?
Yo tampoco.
Anda mira, también me he dejado los ajos...
Venga, abre el horno que esto se arregla en un plis.

Hora y media más tarde, sacamos el asado del horno y lo dejamos enfriar. Pasé la verdura asada por el minipimer para hacer la salsa y la dejé en una cazuelita tapada. Finalmente, la P cortó el asado en rodajas y las colocó en un plato.

Era el turno del pastel de castañas. El paso número 3 de la receta decía así: "Poner a calentar las castañas con la leche y dos cucharaditas de azúcar. Cocerlas 5 minutos y, cuando estén blandas, pasarlas a un bol. Aplastarlas con un tenedor y dejarlas enfriar."
La primera frase era fácil, ¿pero cómo interpretar la segunda? ¿Pasar las castañas a un bol después de cocerlas 5 minutos, o bien pasarlas al bol cuando estén blandas? Porque a los 5 minutos, mis castañas seguían duras como una roca y eso no lo aplastaba ni Poseidón con su tridente, y a los diez se me había quemado la cazuela. Menos mal que mi madre había prometido traer un Panetone y una piña.

Finalmente, a las dos y media, estaba todo listo. La mesa puesta, el vino abierto, los aperitivos en la mesa, la cocina impecable y todos los platos preparados en el mármol, sólo faltaba calentarlos en el último momento.

Los invitados llegaron como siempre, abrigados como si fueran a pasar un día en Siberia. ¡Exagerados! Si lo mejor es tener la casa a temperatura ambiente. Ambiente navideño, claro. Además este año incluso tenía un belén.

Nos sentamos a la mesa a degustar los aperitivos. Cuando vi que ya estaban terminando, me fui a la cocina para empezar a calentar mis platos y de repente:

¡¡¡CRAAAAAAAAASHHHHHHHHHHHHHH!!!

La familia al completo se planta en la cocina.

F.A.C: ¿Pero qué ha pasadoooooooooooooooooooo?

¿Qué ha pasado? Pues que del alto del armario se ha resbalado una bandeja, ha ido a parar sobre uno de los platos, y quinientos mil millones de pedazos de vidrio han salido volando en todas direcciones. Mi estupendo, delicioso, perfecto menú de San Esteve se ha ido a tomar por saco.


Yo: ¡¡¡¡¡¡Buaaaaaaaaaaaaaaah!!!!! ¡¡¡¡Mi comidaaaaaaaa!!!!
F.A.C: ¡¡¡OSTRAS!!! ¿Se te ha roto un plato?
Yo: ¡¡Síííí!! ¡¡¡Buaaaaaaaaaaa!!!
F.A.C: ¿Y han caído cristales en la sopa?
Yo: ¡¡Síííí!! 
F.A.C: ¿Y sobre la carne también?
Yo: ¡¡Síííí!!  Y también en la cazuela del puré.
F.A.C: ¿Y no podemos comer nada?
Yo: Pues a menos que seamos una familia de fakires, no veo cómo.

Lo tuvimos que tirar todo excepto el caldo. Mi hermana y mi madre, que son muy científicas ellas, decretaron que si lo pasábamos por el colador, no habría peligro. Yo rescaté unos galets de la despensa, y compusimos la sopa. Los mosquitos, mientras tanto, intentaban consolarme.
Por suerte, recordé que tenía 8 huevos en la nevera y los puse a hervir. Abrí una latita de atún y un pote de espárragos. Mi hermana había traído restos de ensalada de rúcula del día anterior y rescaté un tomate. Y por último, adornamos los huevos con la salsa de verduras, que como estaba tapada, sobrevivió al desastre.

Lo dicho. El año que viene un bocata y andando.

1 de diciembre de 2011

Mi primera ratatouille chispas


Domingo tonto y nada en la nevera, solo un calabacín, una berenjena, cuatro pimientos y media col. La P hace un intento de salir por peteneras:
―¿Vamos a comer una paellita por ahí?
―Que noo, que tenemos que acabarnos lo que hay en la nevera.
―¿Las hueveras?
―Que no, que con lo que tengo, puedo hacer una ratatouille la mar de buena.
―Madre mía, madre mía…..
Busco una receta por internet. Veo que me falta cebolla, tomate, ajos y las hierbas.
―Bueno, salimos a dar una vuelta y compro en el paki.
―Y qué, ¿vamos a comer sólo tu ratatouille?
―Ya verás cómo te gusta.
―No, si no tengo la menor duda… pero por si acaso, compramos un pollo al ast.
Nos ponemos los abrigos y salimos. A dos manzanas, hay un sitio de pollos. Nos ponemos en la fila, detrás de un chico pelín guarro, con un perro muy limpio que hace mil monerías.
―Me encanta este barrio tan silvestre, le digo a la P por lo bajini. Has visto qué mono el perro,. Jo, me encantaría poder llevarme a Federico de paseo los domingos.
―Sí, para que se te escape.
―Que no, que lo llevaría con una correa, como si fuera un perrito.  
―Con una correa lo tenías cuando se te escapó, y casi te da un síncope.
―Ya, pero te digo que lo ataría muy bien, le pondría una cuerda en las patas de delante.
―Eso, y otra en las patas de atrás, y lo confunden con un pollo.
―Eres tonto y malo.
Es nuestro turno.
―Un pollo, dice la P.
―Medio pollo, digo yo.
Ah sí, claro, como tenemos la nevera llena, oigo que murmura.
Por precaución, pido seis huevos y cuatro croquetas, no vaya a ser que la P lleve razón. Pasamos por el paki a comprar la verdura y volvemos a casa. Federico no ha puesto la mesa, no hay manera de que aprenda. Pero yo sí, porque algo así fue lo que quedó.

Bueno vale, la foto es de Internet, pero es que como estaba tan bueno, se me olvidó hacer la foto.

13 de noviembre de 2011

Cuatro alcachofas

¿Qué se puede hacer con cuatro alcachofas que llevan en la nevera desde el lunes?

 Le pido consejo a la P, que está jugando a un videojuego interesantísimo que consiste en matar cerditos lanzando pájaros con un tirachinas.
Oyes, ¿qué hago con las alcachofas?
—Alcachofas... sí... hmm... AYYY, casiiii... alcachofas, ya, si las haces al horno, a mi me gustan.
¿Al horno? Así tal cual? Voy a ver qué receta encuentro de alcachofas sin nada.
Por desgracia, "sin nada" no hay.
¿Bueno, qué hago?
—¿Como que qué haces? Hmm.... pues las haces, al horno, ¿no?
Menuda ayuda...
Vale sí, pero, por dónde empiezo. ¿Las lavo?
¿Qué quieres decir que las lavas? Hmm.... Claro, claro, las lavas, sí, si no, ¿cómo?
Creo que no me está escuchando.
¡¡¡¡EEEEEEOOOOOOOO!!!
—Vale, vale ya voy.
A regañadientes, deja el juego y se va a la cocina.
¿Tienes guantes? Las alcachofas manchan mucho.
Rebusco en un cajón.
Tengo uno. 
¿Y uno que no sea de gnomo no tienes?
Deja el guante y empieza limpiarlas. Les corta la patita, las despluma un poco por arriba, y les abre el pico. 
Oye, que no son pollos.
Bueno, yo ya me entiendo.
Saco una bandeja del horno. Mientras tanto, él termina de cortarlas.
Estan un poco estropeadas, tus alcachofas...
¿Ah sí? ¿Cómo lo ves?
Pues mira, esto está de otro color.
No me seas finolis, que me las trajeron el lunes.
Las pone en la bandeja, les echa un chorrito de aceite, y un poco de sal.
¿Tienes pimienta?
Yo tengo de todo. Tengo un especiero que sólo con especies nos hacemos un primero.
Enciendo el horno y nos volvemos a la sala. Me pongo a escribir, miro mi Facebook, juego con Federico, Federico mira su Facebook. De repente, me acuerdo de las alcachofas.
¿Cuánto tiempo las pongo?
—Media hora o así.
¿Media hora?? Miro el reloj, son más de las cinco.
Pues si esta mañana hemos hecho brunch, esto ha sido nuestra merienda cena.



6 de noviembre de 2011

Pastel de nada y otras delicias

Tengo el blog o mejor dicho los blogs muy abandonados, me está fallando la inspiración, que no es que haya tenido mucha nunca, pero ahora estoy en niveles bajísimos.
Lo que sí que he hecho son pinitos culinarios que quería enseñar por aquí, a falta de otra cosa. Por ejemplo, mi primera tortilla de berenjenas:


No es por nada, pero para ser una inútil total, las tortillas me salen la mar de bien. 

Hace unas semanas, no tenía nada en la nevera excepto dos calabacines mondos y lirondos, así que puse en Google: "pasta & calabacines", y como en Google sale todo lo habido y por haber, a mi me salió esto:


¿A que se vé delicioso? Pues lo estaba.

Y hoy domingo, después de cinco días de lluvia seguidos y toda la mañana leyendo, me ha dado por hacer un pastel. Pero claro, estamos en las mismas. No tengo casi nada en la nevera, ni mantequilla, ni yogures, ni chocolate, y el reto se las trae. Que es muy fácil cocinar con ingredientes, pero sin ingredientes, a ver quién es el guapo que se atreve. Más o menos, el proceso ha ido así. La receta de un "simple bizcochito" de Nata-Limón (que he encontrado poniendo gugleando "Pastel de Nada") decía:
  1. 3 huevos. ¡Qué bien, tengo 5! Me quedarán 2 para la cena. 
  2. 230 gr de harina. Creo que tengo un poco, voy a medir lo que hay... ¡Qué casualidad! Si es casi lo que necesito, faltará un poco pero da igual.... ¡seguimos!
  3. 180 de azúcar. A ver, dónde está el azúcar, sí, por aquí tengo un poco.... voy a medir... bueno no llega a 180, ni siquiera a 150, pero oye, qué más das, así no engordará tanto.
  4. 80 ml de aceite de girasol. Recuerdo vagamente una botella que no uso nunca al fondo de la despensa. ¿Será comestible?
  5. 200 ml de nata. ¡Anda, pero qué suerte! ¡Si tengo un pote medio abierto! Claro que lleva ahí unos cuantos días, más bien unas cuantas semanas, hmmm, sí, desde el día de la pasta con calabacín, y de esto hará unas cuantas semanas... Mejor si lo huelo, hmmm, no sé yo, no quiero envenenar a nadie, paso, paso, pondré leche, que esta mañana me ha sobrado un poco del café con leche, y así la aprovecho.
  6. 1 sobre de levadura royal. Ahh, de eso seguro que tengo, que un pote me dura entre 5 y 10 años.
  7. la ralladura de un limón. ¡Oh maravilla! TENGO UN LIMÓN, no sé desde hace cuánto, pero ahí está, más majo él.
  8. 3 gotitas de aroma de limón. Buenoooo, como no ponga Pril limón...
Total, que con casi todos los ingredientes medidos y desparramados por la cocina, me he puesto a ello. A pesar del cambio de la nata por leche, que me ha faltado azúcar, que no ha habido manera de rallar el limón, que no he puesto toda la harina porque me ha parecido demasiado, que no la he tamizado junto con la levadura, que además la levadura la he puesto a ojo, que el aceite lo he medido sin gafas, que no tengo batidora de varillas, me ha salido esto:


Desde fuera, no se ve nada mal.
Mientras se horneaba, le he mandado un mensaje a la P, que está de retiro espiritual y vuelve esta tarde:
- ¡Sorpresa!
- ¿Cuál?
- Está en el horno, se está gestando. Pero puede salir al revés.
- ¡¡¡Vivaaaaaa!!!
Qué fé tiene en mi este hombre de bien. La que no tiene tanta, soy yo:
- Tú por si acaso, ven merendado.

17 de agosto de 2011

Gatutel

Tranquilo y reservado, el Gatutel se encuentra en un antiguo casa de pueblo, envuelta en una atmósfera relajante, con un magnífico jardín posterior trabajado con ahínco por el propietario a base de romperse el lomo, con todo tipo de árboles, y plantas exóticas procedentes de todo el mundo.

Federico en su resevado del jardín
En el jardín se encuentra la piscina, el mejor remedio para disfrutar de un refrescante baño que rompa la canícula de verano. Todo un lujo incluso para los más reacios, incluidos los húespedes felinos.
Federico entrano despacio en la piscina
Si quiere alejarse del ruido y estrés de los otros huéspedes, sus acogedores ambientes impregnados de sosiego le permitirán relajarse a sus anchas.
Federico relajándose encima de un puzzle
Federico probando el colchón de su habitación
Nuestras espaciosas y agradables habitaciones, están decoradas con exquisito gusto y cuentan con todas las comodidades.
Federico examinando su habitación
Las camas de estilo rústico están equipadas con colchones de lana, especialmente aptas para quedarse dormido en todas las posiciones.
Federico durmiendo

4 de agosto de 2011

Semana tonta

Mañana empiezo las pre-vacaciones, que es esa semana tonta en que mi empresa, con un criterio bastante dudoso, decide cerrar el edificio y te obliga a tomarte esos días quieras o no. Yo normalmente no quiero y por eso la llamo la semana tonta. Tonta o no, algo tengo que hacer, no me voy a quedar en mi casa. Eso sería mucho más tonto. Así que … ¿dónde nos vamos yo y Federico? A la casita del pueblo. 
La P no viene, dice que el pueblo lo aturde y que hay demasiados mosquitos zumbones, aunque nos vendrá a buscar. El viaje de ida puede ser el no va más, porque no solamente irá Federico en la parte de atrás del coche, sino también los hámsters de los mosquitos, que oyes, también ellos tienen derecho a disfrutar de la semana tonta.

PS Ayer con una patata de mi cesta y dos huevos me hice una tortilla. Estoy muy triste. Estaba asquerosa. Pero si es prácticamente lo único que me sale bien. Sospecho que la patata no era una patata para hacer tortillas, estaba muy dura. Se agradece cualquier información al respecto.

2 de agosto de 2011

Error de cálculo

¡¡¡Horror!!! Se me olvidó que me voy de vacaciones y ayer me trajeron mi caja de verduras.
¿Cómo me voy a comer de aquí al viernes días dos berenjenas, dos pepinos, tres patatas, ocho pimientos de todos los colores, una bolsa de judías, cuatro ciruelas, cinco peras, cuatro melocotones, siete tomates, y sobre todo, un manojo de menta? ¡¡¡Es imposible!!!
Me tendré que llevar mi caja de vacaciones.










Menos mal que no voy en avión....

28 de julio de 2011

Quiche de espinacas y gambas de una lisiada

Me he pegado un castañazo en la calle al salir del súper. Se me ha desparramado toda la compra por la acera y me he quedado de rodillas, tipo bacante, contemplando el desastre. Se ha acercado un chico con muletas a ver cómo estaba:
―¿Estás bien? ¿Te has hecho daño?
―Estoy bien, estoy bien. 
―No te puedo ayudar mucho, lo siento. ¿Te duele algo?
―No, bueno sí, el orgullo...
Poco a poco he ido recogiendo la compra, que básicamente eran los ingredientes para una quiche de espinacas y gambas. He subido a casa renqueando, he buscado una receta por Internet, y me he puesto a preparar mi quiche, que tenía que quedar así:

 
y ha quedado asá.

Para ser una cocinera penosa y lisiada, no está mal, ¿no? He puesto 400 gramos de espinacas (he usado congeladas) cocidas 15 minutos y bien escurridas ―después de una mala experiencia con una lasaña de espinacas que me quedó como sopa de lasaña, aprendí que es vital que no quede nada de agua―, tres huevos, un pote de nata líquida ligera, medio sobre de queso Emmental rallado, y gambas.
La receta dice: "las gambas siempre crudas". Las mías eran congeladas, y por unos instantes he dudado si crudas es lo mismo que congeladas, pero creo que finalmente algo de raciocinio debo de tener, y las he descongelado. Y por si acaso, las he cortado en pedacitos. He mezclado todo muy bien, he colocado la mezcla sobre mi masa de pasta brisa, y luego al horno unos 45 minutos. Hemos esperado a que se enfriara bastante y nos hemos sentado a cenar hacia las 11. Está mal decirlo, pero la P se rechupeteaba los dedos.
Desde que estamos juntos, ceno mucho mejor.
Eso sí que es un elogio, digo yo, ¿o qué comería antes?

24 de julio de 2011

Mister Milk

Fin de semana en el campo con la familia al completo. He dejado a Federico en casa, al cuidado de la P. A regañadientes, asumo mi rol de animadora infantil.
¿Juegas con nosotras? ―me preguntan los mosquitos.
¿¿¿Yo??? ¿Pero por qué yo?
Porque tú siempre te inventas juegos muy divertidos.
Maldigo el día que me inventé el primer juego divertido. Con lo bien que me habría ido si me inventara juegos aburridos.
Bueno, vale, pero jugamos a dibujar.
―Vale. Y dibujamos a súper héroes.
¡Ah! Qué bien. ¿Y qué súper héroes dibujamos?
¡Nos los inventamos! Cada una se inventa uno.
Y estos son nuestros súper héroes: Gatuvela (una cat woman vulgaris), Aries (una súper heroína galáctica con problemas de identidad sexual) y Mister Milk (un súper héroe armado con fusiles que disparan leche a todos los malos del mundo).
Y es que a los mosquitos no les ha gustado nada nada que me haya reido de ellas porque todavía  meriendan "su vasito de lechita caliente", así que al mosquito pequeño se le ha ocurrido desquitarse con este nuevo súper héroe lanza leche. Yo por si acaso no digo nada y dibujo, y ellas también.

14 de julio de 2011

Soluciones drásticas

Esta noche no podía dormir, notaba un olor rarísimo que me molestaba mucho. No sabía si era la P que olía raro. Nunca huele, pero vete a saber; yo desde luego no era. Le he despertado:
Oye, que no puedo dormir. Huele fatal.
Hmmmm… yo no noto nada….zzzz....
Que sí, ¿no lo hueles?
Anda,  pesada, duerme, será un pedo de tu fantasma.
Como el olor persistía me he cabreado y me he ido al cuarto de invitados, pero con el cabreo me ha costado mucho dormirme. La P se ha despertado hacia las seis y me ha buscado por toda la casa:
¿Pero qué haces aquí?
Dormir. Ahí huele mal.
Ahí no huele a nada.
Así que me he vuelto a la cama con él.
¿¿Pero no notas cómo huele??
No tonta, eso deben ser las tuberías, por la lluvia que ha caído toda la noche.
Al final, me he quedado frita, anestesiada supongo. La P se ha levantado temprano y se ha ido. Cuando me he despertado, seguía oliendo fatal. Seguro que es el ratón de ayer, he pensado, que se lo habrá merendado Federico y ha dejado las sobras por ahí.
Por si acaso, me he duchado y vestido corriendo sin mirar, porque como me encuentre un cadáver a medio masticar me caigo muerta, y la P se tiene que encargar no de uno, sino de dos funerales.
Al rato me llama al trabajo la Pattychica:
Señorita Wu, con el vómito que hay debajo de la cama ¿qué hago? ¿Lo limpio con lejía o con fregasuelos?
¿Y arrancar el suelo y volverme a poner parquet, ¿no puedes?

13 de julio de 2011

Con un seis y un cuatro

Sin saber muy bien qué hacer con dos puerros de mi supercesta, tres huevos y una enorme cebolla que estaban muertos de risa en la nevera, he ido al súper a inspirarme y me he decidido finalmente por una quiche de puerro y salmón. He comprado pasta brisa, un pote de crema ligera y un sobre de salmón y me he ido para casa. 
He rehogado la cebolla y luego he añadido los puerros, todo bien cortadito. He añadido al final medio calabacín casi deshauciado y he dejado que se hiciera un buen rato. Luego he cogido dos huevos y medio (media clara se me ha caido al suelo), los he batido con la crema de leche y luego he mezclado las verduras y el salmón cortadito (tengo la duda de si los puerros y la cebolla son verduras, digo yo que sí). He puesto la pasta brisa en mi molde desmontable de tarta, he echado la mezcla bien repartida y lo he puesto al horno unos 50 minutos. 
¡¡Buenísima!! No tengo más palabras. Y todo eso sin buscar una receta por internet. A pelo. Con un seis y un cuatro.

Yo también los he visto....

Ayer noche, una hora después de meternos en la cama, oigo un ruidito cerca, como de alguien que está raspando el suelo o la pared. Despierto a la P.
¿Eres tú?
Zzz...  ¿Si soy yo de qué?
¿Si eres tú el que hace este ruido?
¿Qué ruido?
¡Escucha!
Eso es el gato.
Que no, Federico está aquí a mi lado durmiendo tan feliz.
Deja de hacer bromas. ¡Lo estás haciendo tú!
Como yo no soy, enciendo la luz. No vemos nada raro, sólo que está la ventana de la terraza abierta…. Cerramos la luz. Al rato oigo otro ruido, como de algo o alguien sorbiendo agua. Federico sigue a mi vera. Abro de nuevo la luz.
¿Qué haces?
Mirar, pero no hay nada.  Pensaba que igual era una ratón que se está bebiendo el agua de Federico.
Claro, claro, y si fuera un ratón ahí estaría él tan tranquilo.
Es que tiene el sueño muy profundo….
Creo que los fantasmas han vuelto y con ganas de juerga.


6 de julio de 2011

Siete vidas tiene un gato o más si lo cuidas mucho

Oído en la radio esta mañana: dicen que si unes el nombre de tu primera mascota al nombre de tu primera calle, te sale el nombre de estrella de cine porno que podrías ser.

En mi caso me tocaría Kiki de Crimée. Kiki era un ratoncito o más bien una rata que me regalaron un día que se me pusieron los ojos como dos limones del Caribe, y mi madre me fue a buscar al cole, y en vez de llevarme a casa, me llevó a laboratorio donde trabajaba. Aburrida como estaba, me puse a merodear por los pasillos hasta que di con la sala de los experimentos, y salí de ahí con un animalito entre las manos, diminuto, blanquísimo, con una colita rosa y los ojos rojos, más contenta que un cascabel a pesar de mi notable desfiguración óptica. Fue la primera y casi única mascota que tuvimos en casa, exceptuando a un gato que duró dos días porque mi madre se opuso a que se quedara cual partisano resistente, y cuatro peces que se iban muriendo periódicamente y que fuimos reponiendo hasta que nos cansamos de ir a la pescadería (léase tienda de peces).

Muchos años después adopté a Federico, y muchos años después aquí lo tengo, a mi lado, durmiendo cada noche en mi cama, en los centímetros cuadrados que ocupa sí o sí mientras duermo. Federico va por su vida número doce, ya pasó hace tiempo las siete que le pertocan por ley. En esta vida actual, un día come mucho y al día siguiente ni se acerca a su comedero. O no vomita durante semanas y luego de repente se tira dos días echando todo lo que come. O bien deja de beber agua durante una semana y decide volver al vicio cuando ya estoy por llevarlo al hospital a insuflarle suero. Creo que es esquizofrénico o como mínimo ciclotímico. Eso explicaría los saltos de tigretón que todavía es capaz de dar entre la rejas de la terraza, sin pestañear, sin rozar ni un solo barrote y sin estamparse. A veces me gustaría grabarlo y observar ese salto perfecto a cámara lenta, pero me es imposible calcular en qué estado está, si vegetando encima de mi cama o bien en modo sirocco. Mientras tanto, me limito a cuidarlo lo mejor que puedo.

Para este verano, la cuidagatos apalabrada es una profesora jubilada de Nueva Zelanda que vivió aquí hace 30 años y que se muere de ganas de volver. Le he enviado el contrato que como siempre ilustro con una foto del elemento.
La última cuidagatos me comentó que cuando vio el contrato con esta foto, se pensó que estaba tratando con una loca, que ponía la foto del gato para que no hubiera posibilidad de que me lo cambiara por otro, o algo así. A mi no me parece tan estraño y más bien la loca me pareció ella, pero cuando una se mete en estos berenjenales, puede pasar de todo.

5 de julio de 2011

Cuidagatos y otros especímenes

Cada vez que me voy de vacaciones o de fin de semana, me las veo y las deseo para encontrar a alguien que se encargue de Federico. Durante años, la solución fue alquilar mi piso por un módico y simbólico precio. Ponía anuncios en Internet (al principio en Iagora y más tarde en Loquo), y el éxito estaba asegurado. Por mi casa pasaron una ristra de personajes a cuál más pintoresco, que a veces se tenían que quedar más tiempo de lo previsto, y entonces pasaban a ser compañeros de piso por unos días:
  • Sabine, una chica austriaca con tendencias depresivas y algo tortuosa, que en vez de ejecutiva de Siemens quería ser bohemia (verano del 1999). La última vez que la vi me dijo que después de haber estudiado ilustración para optar a la categoría de bohemia, se dedicaba “a atender a niños pequeños mientras sus progenitores realizaban tareas que no permiten atender a sus hijos”, en una palabra: era canguro. Más bien rarita esta chica, me deprimía sólo de verla.
  • Carlos, un amigo mío que trabajaba de camillero en el Hospital de la Vall de Hebrón y su sueño era  ser actor de musicales. Justo cuando estaba por tirar la toalla, pasó un castíng para un musical y de ahí dio el salto al estrellato (verano del 2000).
  • Diana, una diseñadora colombiana, un encanto de criatura que vive en Nueva York, y que fue la única que pudo corroborar la presencia de fantasmas en mi casa gracias a la fabulosa frase ¡¡¡Yo también los he visto!!! (verano del 2001). Un día dedicaré un post a mis queridos fantasmas...
  • Sophie, una artista conceptual de Bruselas, semi alcohólica, con quien compartimos noches de vino y rosas y que, afortunadamente para mi hígado, sólo se quedó conmigo un mes más (verano del 2002).
  • Una mexicana un poco autista de la que no recuerdo el nombre ni ella el mío (verano del 2003).
  • Dos estudiantes croatas, uno biólogo y otro veterinario, que cuidaron muy bien de Federico profesionalmente, pero no tanto de un gato egipcio de basalto, que me encontré reconstruido con pegamento Imedio (verano del 2004). A saber las juergas que se pegaron en mi casa los dos… Me puedo imaginar de todo.
  • Un diseñador que necesitaba un piso para instalarse mientras reformaba el suyo y que tenía una idea un tanto extraña de la limpieza (verano del 2006). Me dejó el piso como los chorros del oro, pero del oro líquido: para despegarte del suelo hizo falta utilizar disolvente universal.
Exceptuando dos años en que le encargué el cuidado de Federico a mi vecino holandés, siempre me las arreglé para encontrar a alguien que me solucionara las vacaciones. De repente un año, el ambiente en Loquo empeoró muchísimo y decidí cambiar de estrategia buscando otra modalidad de inquilinos: los “cuidagatos”. Mi primera cuidagatos fue Isabel, una enfermera uruguaya que se instaló en casa en el verano del 2008 y que no se fue hasta Marzo del 2009, una cuidagatos de largo alcance, digamos. El verano siguiente, encontré por Craiglist a Maud, una actriz holandesa entrada en años que iba a asistir a un misterioso congreso en el Fórum y pedía hacer un intercambio de casas para ahorrarse el hotel. Supongo que era una actriz venida a menos. El intercambio nunca lo hicimos, pero se quedó en casa a cuerpo de rey para poder ir a su congreso que resultó ser de Exdrogadictos Anónimos. A la vuelta pensaba encontrármelos consumiendo opio, pero no. El año pasado, encontré también por Craiglist a una diseñadora de joyas de Nuevo México, Lory, tatuada hasta los tuétanos, que se instaló en casa con su novia y ambas cuidaron de Federico como si fuera el hijo que no tenían.

Por increíble que parezca, jamás he tenido ni un solo problema con nadie. Y Federico tampoco, aunque a  juzgar por su expresión...
En diciembre pasado, para perfeccionar la modalidad cuidagatos, me apunté a una Web neozelandesa que pone en contacto a gente que necesita quien le cuide la casa y/o la mascota, con gente que se ofrece a tomar el primer avión a dónde haga falta para poder disfrutar de una estancia gratis de días, de meses o incluso de años. La idea no está nada mal. Cada vez que publico un anuncio, recibo un mínimo de diez respuestas acertadas, y enseguida tengo que quitarlo, si no quiero arriesgarme a tener que lidiar con centenares de voluntarios que después tendré que filtrar.  Y es que escoger quien puede venir y quien no no es tarea fácil, pero creo que con los años he perfeccionado una técnica de filtraje para acertar con mis inquilinos. 
  • Emily, una abuelita americana, que tiene un B&B en Vermont y que vino para Fin de Año.
  • Katherine, una lady neo zelandesa muy propia y discreta que estuvo en Semana Santa.
  • Georgina, otra señora neo zelandesa que estuvo aquí para el puente de San Juan y algunos días más
Resulta que esta última se ha emperrado en volver en Agosto, y me ha dejado a modo de paga y señal, como marcando territorio y derechos de posesión, una bolsita con toiletries (champú, cremas, kleenex, pasta de dientes, suavizante) y una sospechosa papelina de té.
La P tiene su opinión particular sobre ella:
Esta mujer que no vuelva, tiene cara de loca.
Bueno, sí, un poco, ….
Está loca, te lo digo yo. ¿Además has visto cómo tienes las plantas desde que te hizo de jardinera?
Un poco muertas ¿no?
¿Un poco? ¡Si esto parece Txernobil! Y además ¿no te dijo que no había congeniado bien con Federico?
Igual  es que se esperaba que fuera el principio de una gran amistad y Federico ha pasado de ella como de la mierda.
Normal,  Federico es un gato muy listo y le habrá visto la cara de loca.
Así que he optado por decirle que sorry y escoger a otra señora, también de Nueva Zelanda, total todo queda en casa y a rey muerto rey puesto.

3 de julio de 2011

Vacaciones con la P.

Tenemos tantas ganas de irnos de vacaciones, que no me puedo resistir y me pongo a hacer una lista de los sitios donde hemos ido con la P. Meticulosa lo soy un rato pero no soy la única.
  • Santiago de Compostela (puente de la Constitución, Diciembre 2008)
  • Fin de año en Manchester (Enero 2009)
  • Esquiada en Braunwald (Febrero 2009)
  • Londres con el mosquito grande (Abril 2009)
  • Verano en México (Agosto - Septiembre 2009)
  • Primer cumple por Albi (Septiembre 2009) ¿Qué cumple? me dice la P. Si en Septiembre no cumplimos años ni tu ni yo. El nuestro, so bobo, que llevábamos un año juntos. Aaah...
  • Casa rural Olot (Novembre 2009) No recuerdo ninguna casa rural, me interrumpe de nuevo. Bueno yo tampoco, pero está en una lista que hice hace unos meses, así que la pongo. Pues no sé yo....
  • Puente de la Constitución en Londres (Diciembre 2009)
  • Fin de año en París (Enero 2010)
  • Esquiada en Braunwald (Febrero 2010)
  • Semana Santa 2010 por Tarragona (Abril 2010)
  • Escapada a Frankfurt (Julio 2010) 
  • Semana por La Dordogne et Le Lot (Agosto 2010)
  • Verano en Córcega (Agosto 2010)
  • Segundo cumple en Santa Coloma de Farners (Septiembre 2010) ¿Qué cum...? Ay perdón...
  • Puente de Tots Sans en Edimburgo (Octubre 2010)  Eso no fue en Octubre,  fue en Noviembre, me corrige la P. Mira puede ser, pero no nos vamos a poner tiquis miquis, era un puente y punto. El de Noviembre.
  • Puente de la Constitución en los Pirineos franceses (Diciembre 2010)
  • Fin de año en Londres (Enero 2011)
  • Esquiada en Andorra (Febrero 2011)
  • Le Min...¡Te falta la esquiada en la Molina! Pero si eso fue un sube y baja, protesto. ¡Ponlo!
  • Esquiada en La Molina (Mars 2011)
  • Le Minervois con familia (Junio 2011)
Está claro que a este paso voy a tener que poner hasta cuando salimos a comprar croissants...

3 de abril de 2011

Alcachofas de la nonna Sara con su toque cubano

Desde que me he hecho de Disfruta y Verdura, es decir desde el lunes pasado, he adquirido un problema que antes no tenía. Tener que cocinar verduras.
No hablo de la lechuga, los tomates o el calabacín. Sí hablo de la berengena, las alcachofas o los ajos tiernos.
La berengena presentaba un grado de dificultad entre 4 y 5, que resolví optando por la simple receta berengena a la plancha mediante un método tan primitivo que me quedé dormida del aburrimiento y no pude sacar la foto para ilustrar el blog.
Con las alcachofas, el grado de dificultad sube al 8-9 y por eso acudí al recetario internet donde di con el blog El Comidista y esta receta de la nonna Sara que he hecho hoy mismo para comer.
Cualquiera de mis numerosos lectores que compare la foto de El Comidista con mi foto dirá que para ser yo, no está tan mal.
the original
the copy
 Lo raro ha sido la disparidad de criterios entre la P y yo a la hora de evaluar el manjar.
—Pues los tallos están muy ricos ― dice la P.
—A mi no me gustan, están muy amargos.
Claro, luego leyendo bien la receta original no dice nada de comerse los tallos, igual eran puramente decorativos.
—Pues yo, la verdad, creo que te han quedado muy bien.
—Pues francamente, no me parecen nada del otro mundo. Prefiero el gusto de las alcachofas sin tanto parmesano.
Y es que a decir verdad. en la receta decía 100 gramos de queso para 6 alcachofas y yo tenía 4, no tengo balanza y he puesto lo que me ha dado la gana, algo así como 150 gramos.
—Pues en los comentarios del blog, hay gente que decía que eran la máxima suculencia y francamente, no me parece que sea para tanto.
—Fíjate que a mi no me gustan las alcachofas y me las estoy comiendo la mar de contento.
—Tú es que eres un santo varón.
Y es que, todo hay que decirlo, a la receta original le hemos añadido algo de nuestra propia cosecha: arroz basmati con huevo.
la P version: con huevo al plato
miss wu version, con huevo revuelto
Y claro, con esta desvirtuació de la receta de la pobre nonna, cualquiera no tiene criterios distintos.
No quiero ni pensar en lo que les depara a los ajos tiernos.
Y encima me duele la barriga...



1 de abril de 2011

Ejemplos de imposturas I

Cuando Federico se perdió en verano y apareció a los cuatro días tan tranquilo, como si se hubiera ido a una temporada a un balneario, enseguida pensamos que era un impostor. Luego vimos que en realidad se parecía mucho, pero por si las moscas, cuando hace cosas extrañas le llamamos Fedequico, para que no se piense él que nos puede tomar el pelo.
Y es que realmente Federico no solía hacer estas cosas.

29 de marzo de 2011

Estas son las mañanitas

Esta mañana la P me ha despertado con unas "mañanitas" versión flamenco-rock:

Estas soooon
las mañaniiitas
que te caaanto
yo a tiiii
para mi niña bonita
te la canto
tal que asín.

Despierta niña despierta
miraa que amanece yaaa
ya los pajarillos cantan
la luna ya se metió.
De tó.

Me ha encantado.
Cinco minutos después, me ha llamado mi madre y me ha cantado algo más parecido a la versión original.
Media hora después ha sonado el móvil. Era el mosquito mayor, pero no me ha cantado nada.
Por la noche, delante del pastel, la familia al completo ha vuelto a cantar. Igual, igual, igual que la familia ésta que cantaba y era tan feliz.

14 de marzo de 2011

Civismo

Esta mañana de camino al trabajo, he flipado con la cantidad de basura que he visto en la acera. No es que hoy sea el día especial de la basura, simplemente hoy he hecho recuento de la porquería: colillas, paquetes de tabaco, bolsas de plástico, ropa vieja, envoltorios de comida, botellas, papeles, bocadillos a medio comer, chicles, caca de perro, kleenex sucios, sin contar la indescriptible y habitual porquería que se acumula al lado de los containers y no precisamente por generación espontánea.

Inmediatamente, he recordado las aceras impolutas de las calles de Tokyo. Y luego me he puesto a pensar en las colas que hacen los japoneses, en el aeropuerto, en el supermercado, gestionadas eficazmente.  Nunca he visto una cola desaparecer tan rápido como en un onsen de Tokyo: cuando llegamos, había por lo menos 100 personas en la cola, que fueron despachadas en menos de 10 minutos. O al llegar al aeoropuerto de Narita, la cola de inmigración, donde nos juntamos por lo menos los pasajeros de tres aviones, fue atendida en menos de lo que canta un gallo.  Otro detalle: en el metro, a intervalos regulares, hay unas rallas en el suelo que indican dónde hacer la cola, es decir justo a la derecha de donde van a quedar las puertas, para permitir que salgan primero los que están dentro sin que  se tropiecen los unos con los otros.

Cuando estás ahí y lo ves piensas, qué orden, qué disciplina, qué falta de espontaneidad, qué aburridos, qué borreguismo incluso. Pero aaaah, vemos ahora las imágenes en la tele de gente haciendo cola ordenadamente para aprovisionarse en los súpers, para comprar agua, o para llamar por teléfono, sin empujones, sin histerias, sin violencia, sin saqueos, y piensas, esto en el resto del mundo no pasaría jamás. Y aquí menos, muchísimo menos.

Y francamente serán borregos, pero cuándo pasan desgracias como el terremoto, ¿qué es mejor? ¿Eso o esto?
Por cierto, como tengo la mente puesta en Japón, ahora sí, chicas que no me leéis, me he decidido por fin a escribir nuestro estupendo viaje.

13 de marzo de 2011

Japón

Horrorizada estoy viendo las imágenes y leyendo las noticias del terremoto de Japón. Además cuando has viajado a un país donde luego ocurre una desgracia como ésta, sientes cierta proximidad, por la gente que conociste y sabes que lo está pasando mal, y por los sitios donde has estado y ves cómo están ahora.

Tomé esta foto de un cartel que avisaba de peligros de tsunamis en la playa de Kamakura, hace casi dos años.


Calculo que de este cartel, como de muchas otras cosas, como de cientos de miles de casas y de muchos miles de personas, no debe de quedar ni rastro.

Día de lluvia

En los días de mal tiempo, por ejemplo hoy sábado, da mucha pereza y frío salir a desayunar. Así que improviso con las pocas provisiones que hay en la nevera y me decido a hacer mis primeros huevos a la mexicana.

El resultado es este:

La bola roja es un queso babybel que no pinta nada en este plato pero es que realmente no había nada más en la nevera.

Mientras tanto, Federico y la P. leen el periódico digital.


17 de enero de 2011

Una gran receta

Soy tan mala pero tan requetemala cocinera (exceptuando honrosas excepciones), que a la que algo me sale bien, me siento heredera del difunto Santi Santamaría.

El otro día mejoré mi receta de wok de verduras con arroz basmati, hasta el punto de que vale la pena colgar el paso a paso.

Paso 1. Cortar una hermosa berenjena en cuadraditos regulares, procurando no tirar la mitad fuera de la tabla de cortar.
Paso 2. Cortar un calabacín y los champiñones de París en trocitos y láminas respectivamente, y reservar en un colador.
Paso 3. Poner el wok con un poco de aceite a calentar , y una cazuela con agua a hervir. Esto se llama optimización del tiempo.
Paso 4. Cocer las verduras en el wok, cuidando de remover de vez en cuando y no distraerse mirando las musarañas. Mientras tanto, cocer el arroz que no hay que remover sino todo lo contrario, y añadir un poquito de mantequilla en la cazuela según las instrucciones leídas a última hora en el paquete.
Paso 5. Emplatar y tomar foto del suculento manjar.

16 de enero de 2011

El reto

Esta noche he soñado algo muy raro. Estaba cenando con mi padre, que no era mi padre, si no un playboy cuarentón, con el pelo rizado, y le contaba lo que me había explicado mi amiga R unos días antes. R había descubierto que su padre tenía tres cédulas de defunción, y se había escapado del pisquiátrico para confrontar los hechos con su madre en Nochebuena. La madre no había tenido más remedio que abrirle la puerta y mi amiga había descubierto que los papeles de la muerte de su padre ya no estaban en la caja fuerte. A la mitad del relato, a mi padre le daba un yuyu y yo pensaba que se había atragantado con una endivia. Se quitaba la chaqueta para que le diera el aire, y entonces se le caía un caja con unas pastillas y dos papeles de fumar, y a mi me parecía todo muy sospechoso, en particular porque me había dicho que estaba preparando un viaje a Lisboa y yo me imaginaba que tenía una amante que le estaría esperando. Después, se recuperaba y se iba con un bebé que tenía por ahí y yo le seguía para cuidar al bebé. Ibamos a su casa y abría la nevera para coger leche pero la nevera estaba muy sucia y la mantequilla mucho más. 
Cuando me he despertado, le he contado el sueño entero a  la P. con pelos y señales.
—Si utilizaras la energía que gastas en tus sueños en aprender a cocinar, serías como Martín Berasategui.
Como me he picado, voy a preparar ahora mismo un plato de mi invención: verduras al wok con arroz basmati. Sí, ya lo sé, el plato no es muy original, pero el modus operandi seguro que sí.