29 de marzo de 2010

Quejica que es una


Lo malo de empeñarse en no querer celebrar tu propio cumpleaños, es que finalmente logres que no se acuerde ni dios. En mi caso, ni mi santa madre se ha acordado. Bueno, digamos que acordarse sí, pero equivocándose de día. También se ha equivocado mi amiga M quien hoy, cuando se lo he dicho, me ha contestado así:  “Jamás acertaré… o eso, o me engañas cada año cambiando de fecha.”

No es que cada año cambie de fecha, la fecha es la misma siempre, pero por lo visto, hay algo que debo de hacer muy bien, que es provocar en los demás una amnesia colectiva al respecto. Para empezar la P. no cuenta, puesto que he sido yo esta madrugada quien se lo ha recordado aunque él dice que sí que lo sabía (a saber..) Esta mañana, al abrir el Outlook, he visto dos mails . El primero de la Mermelada, con el asunto “Feliz Cumpleaños”. Al abrirlo he visto que arrastraba el mail de felicitación de Clara de la semana pasada, así que nada, eso no es para mi. El otro asunto rezaba “Le deseamos ...", Feliz Cumpleaños, he pensado, pero mirándolo de cerca, lo que me deseaban era un buen viaje (el recordatorio de una reserva de alquiler de coche), por lo tanto, tampoco nada.
Así las cosas, he enviado un mail a mis dos compañeras de trabajo a ver si querían desayunar conmigo, pero las dos me han dicho que no tenían tiempo, con lo cual yo, que no había desayunado todavía, he tenido (horror de los horrores) que alegar que era mi cumpleaños para que vinieran.

Me da qué pensar la gente que en su Facebook pone cosas como “Gracias a todos por acordaros, soy tan dichosa que me caigo de felicidad”, y cuenta por decenas y casi por centenas, la gente que le ha dejado felicitaciones. Yo puedo contar por decenas y casi por centenas la gente que no se ha acordado, y debería subir en un pedestal de la amistad a las tres únicas personas que, de momento, sí se han acordado. Por no acordarme, no me acordaba ni yo, que esta noche he quedado para tomar algo como si fuera un día cualquiera. Que, ojo, apunto, ES un día cualquiera, puesto que como me he empeñado, yo, por supuesto, no lo celebro.

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