31 de marzo de 2010

Sectas peligrosas

Pues si todo va bien, nos vamos de vacaciones y nos llevamos a Federico. Hemos alquilado un coche y yo, que aborrezco moverme por el mundo con más de un bulto encima, ya tengo media casa empaquetada. Y es que irse de vacaciones con un gato tiene su qué, y si encima está enfermo, mucho más. Primero el gato en sí, que se las trae: me agoto sólo de pensar que voy a tener que perseguirlo por toda la casa para que entre en su jaula. Luego están sus accesorios: la caja para la arena, la arena para la caja, la comida especial, las pastillas, las otras pastillas, las otras pastillas por si ni las primeras ni las segundas funcionan, la correa para que no se escape, el Feliway para que esté a gusto allá donde vayamos.... Porque esa es otra, como no sabemos a dónde vamos exactamente, hay que tenerlo todo previsto: sábanas, toallas y mantas por si no las hubiera, la estufa por si hace frío, la comida, el portátil... Y si al final nos juntamos con mi familia, hay que llevar las monas para las niñas, las botas para ir de excursión, la comida especial para celebrar mi cumpleaños y, además -y ahí es a donde quería yo llegar- una remesa de capsulitas de Nespresso. Porque si no llevamos, no nos dejan entrar a ninguno de los tres.Y es que igual que hubo en su momento una secta Termomix, mi santa familia ha pasado a formar parte de la otra peligrosísima secta Nespresso . Así que esta mañana, ante la amenaza de quedarme de patitas en la calle con mis bártulos a cuestas, he buscado en Internet dónde narices se compran las cápsulas que es prácticamente en ningún sitio.


Y ahí es donde he leído lo de la secta Nespresso. También he aprendido que se puede "hackear" la cafetera de marras a base de rellenar las cápsulas con café normalis y taparlas con un simple trocito de papel de aluminio. Como francamente ya es muy tarde y no me veo recorriendo media ciudad por un quítame ahí ese café, creo que voy a optar por esta última solución, que seguramente hará que caigan sobre mi cabeza todo tipo de insultos, pero oyes, como mínimo aporto soluciones económicas. Y si me echan, no pasa nada. Al fin y al cabo esta vez llevo la casa a cuestas.

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