31 de marzo de 2012

The Wall Parte 2

Estaba yo contando cómo redecoré mi cajita de trufas.
El problema es que pintar todo el corcho de rojo se me hacía una tarea de titanes, y por mucho que contara con la ayuda de la P, no veía yo que tuviéramos muchas posibilidades de éxito. A parte que pasar de la caja de trufas a habitación roja total me parecía un poco exagerado. 
Así que lo que hice fue seleccionar una lámina de corcho de detrás del espejo y ver cómo quedaba. Primero apliqué con el rodillo un par de capas de tapaporos, y más tarde una capa de pintura. Con la primera capa, el resultado era tremebundo pero todo mejoró con la segunda y acabo de arreglarse con la tercera. 
Unos días más tarde, escogí mis dos primeras láminas y repetí la operación. No quedó perfecto pero afortunadamente lo pude arreglar, entre otras cosas porque escogí las láminas de arriba del todo de la pared y para ver los defectos había que subirse a una escalera y mirar con lupa, por lo menos yo que estoy cegata perdida.
Unos días más tarde, en vista de que me sobraba pintura, escogí otras dos, y luego otras dos. Así iba yo cuando afortunadamente una mano me paró y me dijo alto ahí o esto parecerá un tablero de ajedrez.
A regañadientes, tengo que reconocerlo, cerré el pote de pintura y di la operación por terminada.

No sé qué opinarán los gurús de la decoración, probablemente nada bueno, pero yo estoy la mar de contenta.

No hay comentarios: