—Ya no me cocinas como antes....
—¿En serio? No me he dado cuenta....
Bueno, tiene razón la P. Lo más elaborado que he hecho últimamente es ensalada caprese o relleno para un sandwich de atún.
Esta semana, mortificada por el sentimiento de culpa, me decido por fin a utilizar mi cocina para algo más que para hervir agua o pelar una mandarina.
—¡¡¡¡Cariño!!!! Que hoy te voy a hacer el pastel de zanahorias que te prometí en Abril.
—¿¿El de pote??
—Hombre, no le pidas peras al olmo tú tampoco.
—Que no, que no, qué bien, tiene una pinta buenísima.—Tiene una pinta asquerosa, pero yo te lo hago.
Cojo el paquete y leo las instrucciones. Realmente hay que ser un vago rematado para no hacerlo. Todo consiste en mezclar el preparado con agua (¡agua!) y tres huevos. Me pongo manos a la obra y en un plis tengo mi mezcla lista para poner en el molde.
—Anda, ¡¡que se me ha olvidado comprar moldes redondos!!
—Vaya, ¿pero no tenías uno de aluminio?
—Sí, pero era para el pastel de manzana que pensaba hacerte un día de estos.
—¿Un día de estos del siglo próximo?
Cojo el molde de aluminio, lo lleno, y enciendo el horno, no sin ciertas dificultades para entender las instrucciones. A los 45 minutos lo saco del fuego y cuando se enfría lo desmoldo.La P es un ingenuo rematado.
—¡Qué buena pinta!
—Ejem... eso es que no lo has hecho tú. No te lo he enseñado antes de ponerle en el horno ¿no?
Aún así, vamos a darle un voto de confianza a la Betty Crocker. Por la noche, después de cenar, corto un trozo para cada uno y espero el dictamen del experto.
—Hmmmm... uggggg....eccssss. Sabe a colonia ... o a perfume... ¿Me lo tengo que comer?
2 comentarios:
La verdad es que el carrot cake es impresionante, una de mis tartas favoritas
Enhorabuena por el blog y Feliz Año Nuevo!!
Te dejamos nuestra web si no te importa: FormyCake
Claro que sí! Muchas gracias.
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